La última tendencia es asociar sustancias antioxidantes a los fotoprotectores. Estas sustancias son tan comunes como la vitamina C o la vitamina E, y otras sustancias extraídas de vegetales. Se ha demostrado que si se asocian a los fotoprotectores actuales se protege aún más la piel del daño oxidativo que los rayos producen en las células, por lo que se irá haciendo cada vez más común que los fotoprotectores incorporen sustancias antioxidantes. Además, estas sustancias también presentan notables ventajas para la piel en cuanto a su recuperación tras sufrir agresiones externas o ciertos tipos de estrés.
La fotoprotección oral (por boca) está comenzando a conocerse entre la población general. Las sustancias estudiadas tienen propiedades antioxidantes, y en algunos casos estimulan la reparación del ADN. Tal y como se ha apuntado, “entre ellas están las vitaminas (C y E), compuestos vegetales (té verde, genisteína, polypodium leucotomus) y el ácido graso poliinsaturado (omega 3). Se estudia su papel coadyuvante, sin que hasta el momento puedan sustituir a las cremas y algunos de ellos ya se utilizan en los fotoprotectores tópicos.