La SEME, Sociedad Española de Medicina Estética, presentó el pasado mes de septiembre el Estudio de dimensionamiento e impacto socioeconómico de la Medicina Estética en España durante el año 2021.
Este informe muestra un análisis de la situación actual de la medicina estética, las tendencias del mercado, la facturación anual del sector, el nivel de formación y especialización de los médicos, cómo se comporta el turismo de salud y profundiza en el grave problema del intrusismo médico.
Los tratamientos faciales, los más solicitados
La principal conclusión que se extrae del estudio es el creciente interés y uso de la Medicina Estética en España. Se realizaron un total de 871.525 tratamientos médico-estéticos en 2021, siendo: 626.778 tratamientos faciales (72%), 191.515 corporales (22%) y 53.232 categorizados en ‘otros’ como la depilación (6%).
De los 626.778 tratamientos faciales realizados, el 42% correspondieron a eliminación de arrugas de expresión —consolidándose como el tratamiento facial más realizado tras la pandemia—, 32% de rellenos faciales y 20% a tratamientos para mejorar la calidad de la piel.
El incremento de la esperanza de vida en la población lleva a que el autocuidado, la cultura de la salud, de sentirse mejor durante más años, impacte en el crecimiento del mercado de la medicina estética.
El 40% de la población general española ha utilizado los servicios de medicina estética en alguna ocasión. Entre ellos, el 71,8% son mujeres y el 28,2% son hombres. La mayor parte de los pacientes se hacen tratamientos al menos una vez al año.
Este informe hace especial hincapié en el intrusismo dentro del ámbito de la Medicina Estética, recalcando que solo una persona titulada en Medicina puede ejercer la Medicina Estética, incurriendo en delitos de intrusismo y salud pública en caso de no poseer ese título.
En este informe se refleja asimismo que la edad media de acceso a la medicina estética ha bajado considerablemente y ha pasado de los 35 a los 20 años de edad.