Te encuentras fenomenal, estás contenta pero cada dos por tres te dicen, ¿estás cansada? ¿te preocupa algo? Y tú respondes, ¿no, por qué?
Esto es debido a las arrugas de expresión. Son arrugas que se producen por expresiones y gestos que hemos ido repitiendo a lo largo de los años, como por ejemplo fruncir el ceño. Al final nos vamos acostumbrando y no nos damos cuenta de que las tenemos.
Pero, ¿Quieres hacerte una idea de cómo estarías si te tratases esas arrugas?
Para saber el efecto del tratamiento de las arrugas de expresión, haz lo siguiente: pon las manos a ambos lados de la frente y estira ligeramente hacia los lados y un poco hacia arriba. Pero recuerda, solo ligeramente. Esta sería tu expresión una vez realizado el tratamiento.
El efecto es una expresión más relajada y descansada , no un efecto “máscara”. Las arrugas se suavizan y ya no tendrías esos ojos caídos que te dan ese aspecto de estar apagada y triste.
El efecto “máscara” o rostro “inexpresivo y artificial”, es uno de los miedos que tienen las personas que se interesan por este tratamiento. No te voy a mentir, este es el resultado de un tratamiento mal hecho debido a la utilización de dosis excesivas y aplicadas en muchas zonas.
Este tratamiento bien realizado y administrado por personal médico con experiencia, con las dosis adecuadas para cada persona y utilizando un buen producto, se consigue un rostro más relajado, sin aspecto de cansancio y sin que tu expresión cambie. Y algo muy importante, nadie sabrá realmente qué te has hecho.
Además, este tratamiento tiene un efecto preventivo. Al no realizar ese gesto que te produce las arrugas, evita que éstas se pronuncien más y sean más profundas.
En virtud de la resolución del Dpto. de Sanidad del Gobierno Vasco en materia de publicidad sanitaria, en la que se prohíbe “la utilización de nombres de productos sanitarios como bótox y toxina botulínica”, en adelante nos referiremos a este tratamiento como Tratamiento de Arrugas de Expresión.