Dr. José Luis Azpiazu. Yo soy un probador. Siempre he creído como médico que todo lo que pueda probar, y que luego vaya a recomendar hacerse a mis pacientes, lo probaría. Y así ha sido. Por eso os quiero hablar de mis sensaciones ante los diferentes tipos de depilación láser, que además coinciden bastante con las sensaciones que tienen nuestros pacientes.
Todos los láseres y las luces pulsadas (IPL o BBL) producen una sensación de calor en la piel, calor que se puede tolerar más o menos, depende un poco de la persona. Además, todos los láseres utilizan sistemas de frío para disminuir las molestias provocadas por el calor y proteger la piel. A esto hay que sumar que están apareciendo nuevos láseres que utilizan sistema de succión de la piel y que no necesitan frío con un nivel aceptable de seguridad. Con éstos últimos sólo sentiríamos una pequeña molestia y en algunos casos, ni molestia.
Según mi experiencia, los sistemas más dolorosos son los láseres de neodimio-yag, seguidos de cerca por los diodos (con la excepción de un nuevo diodo que utiliza succión en vez de frío y doy fe que es sin molestia, ya no sin dolor). Y luego van los IPLs BBLs y los láseres de alejandrita que generan un calor soportable y sólo en algunas zonas más sensibles (área genital o los flancos) molestan como para utilizar más frío o incluso anestesia en crema sobre la zona a tratar.
Si decidimos utilizar crema anestésica, tenemos que tener cuidado con la cantidad: nunca pasar de un tubo. Además, tenemos que aplicarla una hora antes del tratamiento y lo más importante: se debe limpiar la zona donde estaba la crema en profundidad antes de la sesión para que el láser pueda penetrar bien la piel y consiga la máxima eficacia. Si no retiramos bien la crema, la sesión puede ser menos eficaz!