Es una pregunta que nos hemos hecho much@s de nosotr@s: ¿cómo me deshago de la grasa sin perder músculo? Es muy frecuente ver en los gimnasios personas entrenando que acuden casi a diario y que mantienen sus depósitos de grasa localizada a pesar del gasto de calorías al que se someten a diario. Much@s de ell@s dejan empapadas las máquinas o bicis en las que entrenan pero no logran su objetivo…
Explicado de una forma sencilla, nuestro cuerpo acumula glucosa en forma de glucógeno en nuestro hígado para disponer de energía durante un tiempo de unos 20 minutos. Pasado ese tiempo hay dos maneras de obtener energía, o bien quemando grasa o bien quemando proteínas que están en el músculo.
Para que nuestro organismo pueda quemar grasa necesitamos darle tiempo para conseguir energía, o sea, nuestro esfuerzo debe ser moderado, con frecuencias cardíacas que no excedan el 60-70% de nuestra máxima (la fórmula rápida de la frecuencia cardíaca máxima es 210-edad). Cuando nosotros superamos esas frecuencias cardíacas exigimos a nuestro cuerpo una entrega rápida de energía, y lo que hace es quemar proteínas (músculo) para conseguirla ya que el mecanismo de consecución de energía a través de las proteínas es mas rápido.
O sea, que cuando vamos a hacer deporte y lo damos todo, sentimos que nos falta el aire, que estamos empapados, que casi no podemos más, aunque creamos que estamos quemando energía, que es verdad, estamos quemando energía perdiendo proteína y no grasa. Si queremos hacer un entrenamiento dirigido a mejorar nuestra situación cardiovascular y perder sobre todo grasa, no olvideis esto: mantener unas frecuncias cardíacas medias (60%-70% de la máxima) y estar realizando el ejercicio durante mas de 30 minutos.