¿Llevas tiempo pensando en quitarte esos kilos de más? ¿Te da pereza empezar de nuevo otra dieta? ¿Crees que no tendrás fuerza de voluntad? ¿No te gustaría verte como antes?
Comenzar una dieta no es dejar de comer, es comer bien. Para ello, debemos tener en cuenta varios factores.
Uno de los mayores inconvenientes que se presentan al comienzo de la dieta está relacionado con la obligación de pesar los alimentos. Para comer de todo hay que saber cuánta cantidad de cada alimento es la correcta. Tener un control sobre qué cantidad se toma de cada alimento permite que no se tenga que prescindir de ninguno de ellos a la hora de elaborar la dieta.
Por ejemplo, si suprimimos alimentos ricos en hidratos de carbono (arroz, pasta, pan…), que son esenciales en nuestra alimentación, se baja de peso rápidamente, pero al volver a una alimentación normal al finalizar la dieta, se recupera peso rápidamente.
Los productos para adelgazar provocan un efecto rebote. Siempre es mejor y más saludable perder peso de forma natural a base de una adecuada alimentación, aprendiendo a comer. Recientemente, se ha demostrado en un estudio realizado por la universidad alemana de Gotinga que varios complementos para perder peso no funcionan mejor que los placebos (complementos falsos).
En cuanto al ritmo de pérdida de peso, queremos desprendernos de los kilos lo antes posible y pronto nos cansamos si no vemos resultados óptimos. Sin embargo, la pérdida de peso debe ser gradual (1 kg por semana) para perder masa grasa y no músculo y agua, como ocurre en las dietas de pérdida rápida de peso, provocando la aparición de flaccidez.
El sobrepeso, los kilos que nos sobran, no los hemos cogido de la noche a la mañana y por tanto no podemos pretender deshacernos de ellos así de rápido. Hay que modificar o implantar nuevas rutinas, horarios de comida, disponer de un tiempo para comer despacio, sentados, masticando bien la comida y, a poder ser en compañía, para que la charla amenice ese rato y nos olvidemos de la dieta, de otras preocupaciones y le dediquemos el tiempo necesario.
Por otro lado, es muy importante que los productos de temporada, los que aparecen en cada época determinada del año, formen parte imprescindible de la dieta, para poder disponer fácilmente de los ingredientes y de los alimentos cuando están en sazón, dando a la dieta la máxima variedad a lo largo de todo el año, comiendo en cada temporada lo que corresponda y adaptando también así la dieta a nuestro bolsillo.
Y finalmente, tan importante como seguir una dieta equilibrada y variada es la introducción dentro del estilo de vida individual, de una actividad física adecuada a nuestras características personales (edad, sexo, peso, etc.) y gustos.